“Hay una gran incertidumbre”, dice Alfredo González, de Came. El temor de los comercios es que una devaluación les impida reponer los stocks que vendan hoy.

La Argentina vive por enésima vez en los últimos cincuenta años la sensación de estar acercándose a una nueva devaluación importante de su moneda. La brecha entre la cotización oficial el dólar y el tipo de cambio paralelo es amplísima, y el gobierno intenta enfriar la situación con más restricciones para la compra de divisas extranjeras.
Mientras tanto la incerdumbre vuelve a ser la marca distintiva de la actividad económica, y comercios de algunos rubros le pusieron un candado a su stock por no saber cuál es el precio real actualizado de los productos.
El viernes pasado, por ejemplo, un conocido local de venta de artículos metalúrgicos, ubicado en las afueras de Resistencia, directamente cerró sus puertas para no tener que recibir clientes sin saber a qué precio venderles. Otros locales atienden al público pero no hacen entregas. “No tenemos precios”, es la explicación. Y otros remarcaron sus artículos con diversos criterios.
“Es algo que estamos viendo en todo el país”, dijo a NORTE el dirigente empresario Alfredo González, secretario gremial de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
A CIEGAS
“Obviamente que se trata de una situación en la que la culpa no es de los comercios, porque no son ellos los formadores de precios. Lo que hacen los empresarios pyme es tratar de tener un cierto margen de certeza de que van a poder reponer lo que venden”, agregó.
